Sadomasoquismo: 4 preguntas clave
Después del fenómeno de las novelas eróticas como “Cincuenta Sombras de Grey” de la autora E.L. James, han surgido muchas preguntas sobre el sadomasoquismo en una relación. Los artículos relacionados con el bondage, la dominación y la sumisión han intentado profundizar en esta práctica sexual. El Doctor en Psicología Joe Magliano respondió a varias preguntas relacionadas con el tema en una columna del sitio especializado Psychology Today.
- ¿Cuántas personas practican sadomasoquismo? La especialista en salud sexual de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Juliet Richters y sus colegas, realizaron una investigación en 2008 sobre prácticas sexuales. Le preguntaron a una amplia muestra de australianos si habían “estado involucrados en bondage o sadomasoquismo” en los últimos 12 meses. El resultado arrojó que solo el 1.3% de las mujeres y el 2.2% de los hombres reconocieron su participación.
Por otra parte, el profesor de psicología en la Universidad de Montreal, Christian Joyal, encuestó a más de 1,500 hombres y mujeres sobre sus fantasías sexuales. Según los resultados, el 65% de las mujeres y el 53% de los hombres reportaron tener fantasías de ser dominados sexualmente. Mientras que más del 50% en ambos géneros, reconoció que les gustaría “dominar a alguien”. “En general, probablemente podemos concluir que una minoría sustancial de hombres y mujeres fantasean o participan en sadomasoquismo”, reflexiona Magliano.
- ¿Están enfermos? Hace décadas, el sadomasoquismo podía ser catalogado como una práctica realizada por gente “enferma” o con problemas psiquiátricos. Sin embargo, estudios recientes demuestran lo contrario. Considerando los 10 trastornos más frecuentes, los practicantes de sadomasoquismo arrojaron niveles más bajos de depresión, ansiedad, estrés postraumático, sadismo psicológico, patología limítrofe y paranoia, según un estudio realizado por la psicoterapeuta Pamela Connolly.
Por otra parte, los psicólogos Andreas Wismeijer y Marcel van Assen compararon la personalidad de los practicantes de sadomasoquismo. “Quienes lo llevaban a cabo, exhibieron niveles más altos de extraversión, escrupulosidad, apertura a la experiencia y bienestar subjetivo”, describe el estudio. No obstante, presentaron rangos bajos de amabilidad. “Esto no quiere decir que todas las personas que disfrutan del sadomasoquismo lo estén haciendo por motivos psicológicamente saludables”, advierte el doctor. “Este acto consensuado entre adultos que ‘no le provoca angustia a los participantes’, ya no califica como un trastorno”, añade el especialista.
- ¿Qué implica el sadomasoquismo?
“Tanto los investigadores como los practicantes (Wiseman, 1996) han desarrollado categorías para las actividades de sadomasoquismo”, describe el doctor.
Por ejemplo, existen categorías para la restricción física (bondage, esposas, cadenas); administración del dolor (nalgadas, palmetazos, ponerse alfileres en la piel); humillación (mordazas, humillación verbal) y una categoría relacionada con el comportamiento sexual.
- ¿Qué efecto tiene en las personas que lo practican?
“Esta es una de las preguntas centrales que he estado investigando con mi equipo”, explica Magliano. En este contexto, señala que en una escena de sadomasoquismo, la persona que está atada y siguiendo órdenes, es conocida como sumiso. Por otra parte, quien provee la estimulación, se llama dominante. “Medimos un rango de variables psicológicas y fisiológicas antes y después de sus encuentros sexuales”, detalla sobre su estudio.
Según sus análisis, tanto los sumisos como los dominantes, reportaron incrementos en la cercanía de la relación y reducción en el estrés psicológico después de sus encuentros. “Pero los sumisos también aumentaron su estrés fisiológico, medido a través de la hormona cortisol”, describe.
“Esta conexión entre el estrés fisiológico y el psicológico nos pareció muy interesante y nos preguntamos si podría indicar que los sumisos han entrado a un estado alterado de consciencia”, reflexiona.
“Para probar esta teoría, llevamos a cabo un estudio en el que asignamos cambios aleatorios de rol como dominante o sumiso. Los resultados revelaron que tanto los dominantes como los sumisos, experimentaron estados alterados de consciencia, pero eran distintos en cada rol”, explica.
De este modo, los sumisos entraron en un estado alterado llamado “hipofrontalidad transitoria”, el cual se relaciona con las reducciones de dolor, sentimientos de paz y distorsiones de tiempo.
Por otra parte, los dominantes entraron en un estado alterado conocido como “flujo” (Csikszentmihalyi, 1991), el cual se asocia con la atención enfocada, una pérdida de autoconsciencia y desempeño óptimo de una tarea.
“Creemos que estos estados alterados de consciencia placenteros podrían ser una de las motivaciones por las que la gente participa en actividades sadomasoquistas”, concluye finalmente.